¿Qué son las caricias?
Te pondré un ejemplo de caricia: Vas caminando por la calle y te cruzas con un chico que estás conociendo, os miráis, le sonries y le dices: ¡Que agradable verte! y él te contesta: Gracias, para mi también lo es cruzarme ahora contigo.
Tu amigo y tú acabáis de intercambiar caricias, os habéis reconocido.
Es familiar para todos nosotros recibir este tipo de intercambio cuando estamos conociendo a alguien, pero imagínate que en vez de recibir una sonrisa por parte de tu amigo, él pasa de largo, ¿cómo te sentirías?
Si eres como la mayoría de la gente te preguntarás qué ha pasado.
Necesitamos caricias y si no las recibimos nos sentimos privados.
Cuando somos pequeños necesitamos a parte de recibir los cuidados básicos de alimento y limpieza, el cariño de mamá, el sostén y el contacto físico, este es esencial para tener de adultos una buena salud física, emocional y una buena maduración.
Siendo adultos seguimos necesitando ser acariciados por los demás, y buscamos otras maneras de ser acariciados a parte de las caricias físicas como son los abrazos a través de una sonrisa, una alabanza y cuando esto no puede ser, puede que busquemos una mala cara o incluso un insulto o un menosprecio.
Te sorprenderá lo que te estoy diciendo pero a continuación te lo voy a contar para que puedas entender de dónde viene esto que te cuento.
¿Qué tipo de caricias has recibido en casa?
Cuando somos pequeños necesitamos ser estimulados física e intelectualmente, y cuando esto no se ha podido dar, buscaremos las maneras para que se de.
Muchas familias viven carentes de caricias físicas como pueden ser los abrazos o el ser tocados o mantenerse cerca.
Para las personas que han tenido que vivir sin caricias ni estimulación, es dolorosa esta carencia que arrastran, y cómo las personas somos seres sociales con hambre de estímulos, buscaremos recibirlas sean como sean.
Algunas veces, al haber estado tan privados de caricias en el entorno familiar, sólo sabremos buscar de adultos caricias negativas y rechazaremos a toda costa aquellas que no lo sean, las positivas, por no encajar con lo que hemos aprendido a recibir.
¿Qué tipos de caricias existen? He aquí un poco de teoría para que te emmarques.
Existen caricias verbales y no verbales, positivas y negativas, condicionales e incondicionales.
1. Hablamos de caricias verbales y no verbales cuando por ejemplo vas por la calle y saludas a un vecino con un gesto con la mano o le dices un :¡hola!
2. Positivas y negativas, las positivas serán las que recibas como agradables y las negativas las que recibas como dolorosas.
En el ejemplo del amigo en que os saludasteis, los dos intercambiasteis caricias positivas.
En el caso en que tu amigo te hubiera respondido con cara de pasa o frunciendo el ceño, te estaría dando una caricia negativa.
3. Condicionales positivas y negativas e incondicionales positivas y negativas .
Las condicionales positivas aplaudirán alguna cosa que hayas hecho bien como por ejemplo «Has hecho buen trabajo esta mañana» y las segundas harán una crítica como por ejemplo: no me gustan tus gafas.
Las incondicionales hablarán de tu ser y un ejemplo de ello sería: qué agradable es tenerte cerca y en negativo: te detesto.
¿Y te preguntarás por qué te cuento todo esto?
Ahora te voy a contar qué sucede en las relaciones de pareja.
Cuando de pequeños hemos aprendido a no recibir caricias de las que nos sentaban bien como podían ser un abrazo, atención, una palabra bonita que nos honrara por ser quienes somos o un reconocimiento a nuestro trabajo en el colegio y acompañamiento, buscaremos la manera de ser vistos.
Entonces, de niños quizás hacíamos cosas que no nos gustaban o sentían bien porqué de esa manera, papá o mamá si nos veían aun que fuera para echarnos una bronca.
De pequeños necesitábamos que nos vieran y acariciaran física y verbalmente, ya que era como el aire que respiramos.
Entonces, si mis padres no me veían, haré algo para que me vean, y quizás este acto sea pegar a mi hermana o sacar un cero en un examen, ya que de esta manera me van a prestar atención y recibiré algo.
Para un niño es mucho mejor recibir alguna caricia aunque sea negativa a no recibir ninguna.
Siendo adultos la cosa se complica y más en las relaciones de pareja.
Las personas que han crecido en entornos insanos en los que ha habido carencia de caricias o las ha habido sólo de negativas, se encontrarán con estas dificultades en sus relaciones de pareja creando en algunos casos, relaciones de dependencia emocional.
He aquí algunos casos:
1. Cuando no he recibido caricias puedo haber anulado mi necesidad de recibirlas en la edad adulta y decirme a mí mismo/a que no necesito pareja ni a nadie a mi lado y mucho menos sus muestras de cariño, yo solo/a me vasto.
2. Puedo tener grandes dificultades en estar con alguien que me trate bien porque al no haber recibido estas caricias positivas en mi infancia, las siento como una amenaza.
3. Al haber recibido caricias negativas o caricias faltas de autenticidad es muy probable que tenga relaciones tóxicas en las que no se me trate bien y en las que haya una total ausencia de cariño o incluso respeto hacia mi.
4. Habré aprendido a no pedir lo que me sienta bien y a negarlo, incluso a no sentirlo por miedo a no recibirlo.
5. Tendré miedo a relacionarme o a enamorarme por miedo a no recibir caricias positivas y sí negativas con la pretensión de no tener que revivir el dolor de mi infancia.
6. Sólo aceptaré las caricias que me resulten familiares y las demás las desecharé.
Por ejemplo, si he recibido que soy guapo pero no listo, cuando me digan que soy listo e inteligente, lo rechazaré automáticamente.
¿Qué sueles recibir de tu pareja?, ¿halagos?, ¿muestras de cariño físicas o verbales?, ¿atención por ser quien eres o por lo que haces?, ¿o sueles sentirte menospreciado/a?, ¿poco atendido/a o tenida/o en cuenta?
Es muy importante saber qué tipo de caricias recibimos en la infancia, si eran positivas o negativas y de qué manera las buscábamos o las conseguimos.
Ya que de adultos vamos a reproducir en nuestras relaciones los mismos patrones relacionales con las parejas que elijamos, si no le ponemos atención.
Este es un trabajo que hacemos en terapia individual porque muchos de los problemas estando en pareja o en busca de esta, se deben a la dificultad a poder recibir lo bueno que la vida tiene para darnos y saber dejar atrás aquello que no te sienta bien a ti con tu relación de pareja.
Las personas que no han recibido caricias por quienes son y si por lo que han hecho suelen ser personas que les cuesta confiar en ellas mismas/os y puede que tengan problemas de autoestima y valor propio.
Es posible conociendo tu historia personal entender el por qué tienes las relaciones de pareja que tienes y el por qué de tus problemas de pareja, y de esta manera desactivar los patrones que te llevan a vivir una vida carente de caricias y de aquello que realmente te sienta bien y necesitas.