Quizás eres el tipo de persona que cuando conoces a alguien como sabes muy mucho aquello que quieres, cuando se te presenta la oportunidad de estar en pareja, si por lo que sea no lo acabas de ver, te cuesta darte la oportunidad de explorar un poquito más y estar en relación.
O quizás eres más de aquellos que piensan muy rápidamente cuando conocen a alguien, que la persona no encaja con el patrón de marido o mujer ideal y entonces, te marchas porqué lo tienes muy muy claro, pensando que lo has hecho muy bien defendiendo lo que tú quieres.
Con esto no digo que tengas que estar con alguien que no te gusta o que te despierte cero, sinó que muchas veces creemos que tenemos muy claro lo que queremos y algunas veces quienes hablan no son nuestras verdades absolutas sinó nuestros miedos.
Nuestros miedos son muy feroces, muy creíbles y cuando los escuchamos y les hacemos caso sin cuestionárnoslos, nos sentimos muchas veces calmados ya que el peligro ha cesado, por fin en calma, en paz y vuelta a la cueva y parón a mi crecimiento.
Si eres una persona con miedo al compromiso o te han dado muchos palos en tus relaciones, puede que a la mínima que la cosa se complica, salgas corriendo.
Cuando haces eso pierdes la oportunidad de crecer, de ir más allá de lo que tu mente te establece aprendiendo de ti, de tus límites y pudiendo ir más allá de lo que siempre haces.
Si encajas con este perfil te invitaría a que cuando surjan los problemas intrínsecos a la pareja te quedes y los afrontes, en vez de irte.
Afrontar aquello que nos está sucediendo estando en pareja ( miedos, ansiedades, agobios etc ) pidiendo ayuda terapéutica si lo necesitas, te puede ayudar a crecer mucho y a ir más allá de lo que siempre haces y que te trae los mismos resultados, en este caso huyendo.
En muchos casos la huída es el mecanismo de defensa para no afrontar los miedos que emergen en pareja que poco dicen del otro y sí de aquello que te está sucediendo a ti.
Tenemos la creencia de que un día llegará la pareja ideal que no me despertará ningún miedo, donde habrá el mínimo conflicto, donde no seremos confrontados, donde todo fluirá como en las pelis americanas.
Pensar así es pensar de manera infantil y muy limitada viviendo en una fantasía, muy lejos de la realidad, no permitiéndonos explorarnos en relación viéndonos capaces de afrontar los miedos que surgen, que estés con quien estés surgirán porque son tuyos, no del otro.
Son tus miedos a estar en relación y el único camino a su curación, es viéndolos, haciéndote responsable y con mucho mucho cariño y apoyo de un profesional, haciendo pequeños pasitos para afrontarlos y descubrir que quizás la persona que tienes delante te encanta y encaja con aquello que quieres desde el adulto que eres.