¿De qué tienes miedo? A veces este miedo no es a perderla sino a perderme yo en ella cuando estamos juntos. 

Perderse en el otro significa que no me atiendo con mis necesidades, le presto demasiada atención al otro olvidándome de mi. 

El mensaje que le doy y me doy es: TU eres más importante, y mis necesidades y yo están en un segundo plano.

¿Cuántas veces has dejado de hacer y decir cosas que te apetecían por miedo a que no fueras apoyado o aceptado por tu pareja?

Muchas veces en el camino de la pareja nos perdermos a nosotros mismos. 

Dejamos de hacer cosas que nos apasionan porque pensamos que tenemos que estar todo el tiempo con él/ella (detrás de esta necesidad hay miedos más profundos) y priorizamos al otro por encima de nuestros intereses, pasiones, amistades etc.

Compartir con un otro es una maravilla, pero nunca dejes de compartirte contigo mismo.

Si tu pareja no acepta o tolera que hagas aquello que te apasiona o que salgas por tu cuenta y hagas cosas que te gusten, esta pareja no es para ti. Esta relación no está basada en el amor, sino en la dependencia y no hay libertad. 

Y él o ella tampoco te ama por quien eres, sino por su idea mental de cómo has de ser o ha de ser una relación de pareja. Te repito, búscate otra persona que en su diccionario tenga incluida la palabra tolerancia y libertad.

La relación de pareja se basa en la libertad de poder hacer y decir aquello que necesitamos y sentimos, respetando al otro, y cuando esto no sucede, mejor búscate a otra persona o quédate solo.

Volcarse en el otro y olvidarse de uno mismo es pura dependencia emocional, no es tu culpa, pero sí tienes la labor de hacerte responsable y actuar desde el adulto que eres y dejar de querer complacer al otro y empezar a ser tú mismo.

La relación de pareja sana se centra en buscar el equilibrio entre aquello que compartes y tu propia individualidad.

El amor maduro no va de depender, de sufrir, ni mucho menos de necesitar como si de una botella de oxígeno se tratara. 

  • Cuando necesitas estar con el otro más que contigo, cuando te olvidas de ti y cuando toda tu vida está centrada en el bienestar del otro, tenemos un problema. 

Seguramente no estás amando de manera sana y madura, sino actuando y reclamando desde el niño que fuiste y desde las carencias que aún tienes y se reflejan en la manera en que te relacionas con tu pareja.

Observa cómo te relacionas, qué dejas de hacer, decir, pensar, obsérvate cómo actúas.

Obsérvate con los miedos que aparecen cuando te centras en ti, allí está el GRAN trabajo en terapia para sanar tus relaciones de pareja, el mirar qué te sucede cuando DEJAS DE CENTRAR LA ATENCIÓN EN EL OTRO Y LA PONES EN TI.

Cuando haces esto, puedes empezar a verte y conocerte en profundidad. 

No hay mejor camino que el camino hacia uno mismo, el camino a casa y el camino hacia la propia libertad.

Laura Folch Solé

Te ayudo a mejorar la relación que tienes contigo y con los demás, para construir felicidad en tu vida.

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