Dicen que todo vuelve y lo que no está zanjado, también.
Imagínate la vida como un círculo o un espiral que vamos transitando y cuando ya hemos dado toda la vuelta, volvemos al inicio y vuelta a empezar, encontrando cosas nuevas de nosotros que no conocíamos, que no supimos gestionar en la anterior, nuevas maneras de hacer frente a las mismas o nuevas situaciones y un largo etcétera que sigues comprobando día a día en tu vida.
Con cada relación de pareja sucede lo mismo, es una oportunidad para descubrir nuevos miedos, vergüenzas, bloqueos… esos que tan profundamente enterrados tenemos, y también, una oportunidad para descubrir y trabajar nuevas potencialidades, capacidades, nuestra capacidad de sorpresa….. que de no estar en relación, estos en concreto, no saldrían a la luz de tu consciencia, por poner un ejemplo.
Con esta nueva relación de pareja, se te da la oportunidad de descubrirte y conocerte un poquito más, muchas veces a través del dolor, el mal estar, y el pasarlo mal….. pero también a través de la alegría, el goce, y el placer.
De esto de trata la vida, si sólo quieres sentir placer o sólo mal estar, estás viviendo a medias porque las dos van de la mano.
Con cada vuelta, aparece todo aquello que no habías atendido, que duele, y que el otro hace que no puedas escaparte de ti, haciéndote ( si quieres ) despertar, por eso se dice que estar en relación es un acto de gran valentía, ya que te obliga a verte, y a verl@ con lo que hay y a atenderte, dejando de escapar de ti, del otro y seguir creciendo.