Amar es permanecer en vez de evitar o huir ante el conflicto o las dificultades que aparecen cuando estamos en pareja.
Vivimos en una sociedad donde todo lo que queremos lo tenemos al instante, en el momento que queremos y como queremos.
Creemos que la pareja debe ser y hacer lo que nosotros queremos y necesitamos, siempre.
Y en muchos casos cuando las cosas no son fáciles o como nos dicen las revistas o vemos en las redes sociales que deberían ser, nos decimos que la relación no funciona y vamos a por otra cosa rápidamente.
Cada persona tiene su manera de afrontar las dificultades o el conflicto en pareja, algunos se irán rápido para no afrontar lo que sucede, otros querrán solucionarlo rápido y corriendo, otros harán como si no hubiera pasado nada, etcétera.
Todos estos mecanismos de defensa evitan que contactemos con nuestras dificultades y necesidades y las podamos trabajar para así poder buscar soluciones reales para nuestros problemas de pareja.
Siempre pongo el ejemplo del hijo con déficit de atención.
Cuando tienes un hijo con déficit de atención y le cuesta mucho estar atento y esto conlleva problemas en su rendimiento académico, como padre puede ser que te desesperes y angusties, pero ¿verdad que no te planteas cambiarlo por otro?
Lo mismo sucede con la relación de pareja.
¿Qué podemos hacer cuando las cosas se complican y nos cuesta ver una solución?
Cuando no vemos solución a nuestros conflictos puede ser por varias razones.
1- Que estés muy encerrado en ti y en tu verdad sobre lo que os está sucediendo. Esto te va a impedir ver otras posibilidades y hacerlo distinto.
2- Cuando estamos muy cerrados o bloqueados podemos buscar qué dicen los profesionales del mundo de la pareja y leer sus blogs. Nuestros consejos te ayudaran a cambiar tu realidad y salir de este miedo que te estanca.
3-Expresarle a tu pareja cómo te sientes o que te sucede desde un lugar donde no se sienta atacado/a. Poderle decir: Cuando dejas de escucharme, me siento triste, por ejemplo.
Cuando le expresamos qué nos pasa en vez de atacar, el otro se relaja y se abre a escucharnos.
Cuando aparecen los conflictos en la pareja es normal ponernos nerviosos, activarnos y hablar mal a nuestra pareja, si te sucede esto, no eres un bicho raro, sinó humano.
Pero como humanos que somos tenemos sentimientos y las palabras nos duelen y es interesante poder aprender a decir las cosas distintas para hacer el menor daño posible.
Estar en relación a diferencia de lo que nos han contado en los cuentos o vemos en los famosos, es incómodo, nada glamuroso y puede sacar lo peor de cada persona si no estamos atentos y le ponemos consciencia.
Los problemas de pareja son una oportunidad para crecer, aprender y vale decir que son inevitables.
Cuando una relación de pareja no tiene nunca conflictos, esta relación o esconde muchas cosas por miedo o está condenada al aburrimiento.
Gracias a esto nos actualizamos, conocemos más a nuestra pareja, nos acercamos más a ella y nos conocemos en profundidad.
La terapia de pareja o terapia individual son recursos muy positivos a los que acudir cuando os sintáis como pareja encallados o que no sabéis cómo afrontar vuestras dificultades.
El conflicto en pareja nos permite ver al otro desde un lugar humilde y amoroso, viendo que todos tenemos dificultades y ante ellas lo que hacemos hablándonos mal es protegernos para no sentir toda la incomodidad que se nos despierta y evitar ser dañados.
Muchas personas tienen asociaciones a los conflictos bastante complicadas que les recuerdan a los conflictos que vivían en casa y cuando aparecen en la relación reviven todo ese dolor que vivieron en la infancia.
Cuando las cosas no sean de tu gusto o aparezca la incomodidad en tu relación, te invito a hondar en ti y mirar de descubrir qué estás necesitando, qué te pasa cuando tu pareja no te lo da o no puede dártelo o si en esos momentos es tu responsabilidad darte todo aquello que reclamas y atenderte, y no pasarle la patata caliente a tu pareja.
Cuando ponemos el foco un poquito más en nosotros muchos conflictos se diluyen e incluso desaparecen.