Motivos por los que se nos activan emociones desagradables estando en pareja.
Todas las personas estamos heridas, en mayor o menor medida y esto significa que nuestras heridas fueron causadas por personas y las podremos solucionar con personas y en nuestras relaciones, y no en la soledad de nuestra casa.
Nuestra desconfianza en las relaciones y nuestros miedos vienen de muy atrás, de la infancia y de la relación que tuvimos con nuestros padres y ellos con nosotros.
Nuestras relaciones en muchos casos están dominadas por el miedo, la ira, o la tristeza , y sobretodo en aquellas relaciones de codependencia o dependencia emocional.
Para no sentir todo este miedo tan grande que hay en nuestro interior lo proyectamos, lo lanzamos hacia el otro, una pareja o un mejor amigo, acusándolo a él o ella de ser el causante de nuestro malestar, enfado, ira o lo que sea que estemos sintiendo.
Un ejemplo de ello seria cuando mi pareja se enfadada mucho porque yo le pido espacio y tiempo en soledad, y él o ella se siente abandonado/a y este dolor que siente, en forma de abandono, te lo pone a ti, culpándote de ello.
¿Por qué a algunas personas se les activa este dolor, enfado, miedo o rabia y a otras no?
Cada uno tenemos nuestras heridas y dificultades y estando en pareja se nos activaran de una manero u otra.
Es muy importante podernos dar cuenta cuando algo que hace o dice nuestra pareja nos abre mucho dolor o incomodidad y procurar, en la medida que podamos, hacernos cargo de este dolor, sin escupírselo a él o ella.
Echarle siempre las culpas de tu dolor o incomodidad cuando os sucede algo a tu pareja, es un acto impulsivo y infantilizado, y el camino para estar más en paz en tus relaciones es el de actuar como el adulto que eres, sintiendo tu dolor pero sin culpar a los demás.
Cuando le lanzamos a nuestra pareja el paquete de dolor que sentimos y que se activa en las discusiones o problemas de pareja que tenemos, le estamos dando todo nuestro poder al otro, o almenos una parte de la que no queremos o sabemos hacernos cargo, que él o ella acaba de activar en nosotros.
Le estamos haciendo responsable de nosotros, de aquello que nos pasa y nos estamos abandodando pidiendo que nos salven de nuestro dolor.
¿Y cómo hacemos esto en nuestras relaciones?
Un ejemplo de ello es en las relaciones de pareja y todo aquello que exigimos al otro en forma de exigencia, necesidad, súplica, complaciencia etc.
Muchas veces le exigimos a la pareja que nos dé o cubra necesidades que no fueron cubiertas en nuestra infancia, y cuando esto sucede, en muchos casos no estás viendo a tu pareja, sinó al padre o madre que te privó de todo aquello que tanto necesitabas y que ahora en la actualidad, siendo adulto, crees que necesitas recibir si o si.
En realidad el que necesita recibir con tanta ansiedad, anhelo y miedo es tu parte infantil dañada que aún reclama a los padres todo aquello que no tuvo, y como no podemos hacerle a nuestros padres este reclamo, se lo hacemos a nuestra pareja, a veces dándonos cuenta, otra muchas no.
Estamos poniéndole a nuestra pareja la cara de nuestro padre o madre sin darnos cuenta, muy inconscientemente, porque creemos que es la oportunidad de recibir todo lo que no nos fue dado y de por fin reclamarlo.
Este mecanismo inconsciente que todos usamos en la relaciones de pareja se llama PROYECCIÓN, estamos proyectando en el otro necesidades que no fueron cubiertas en nuestra infancia.
Y cuando tu pareja no te da aquello que tanto necesitas y además, te priva de ello, se activa en ti un gran miedo a no volver a recibir esto que tanto anhleas y deseas provocándote un miedo muy grande.
Lo que está sucediendo es que se está abriendo tu herida, la carencia que tuviste con tus padres, el dolor de no recibir el afecto, atención, mimo, límites etc que tanto necesitabas.
El dolor que hay detrás de esto que os cuento es tremendo, y usamos las relaciones y en especial las relaciones de pareja para tapar, reclamar o compensar este dolor.
Y muchas relaciones funcionan de esta manera, tapando, reclamando y compensando para no sentir su verdadero dolor, el dolor que cada uno trae de orígen consigo mismo.
La vida te traerá relaciones de pareja acordes a tu momento vital, activando tu dolor y herida y así puedas hacerte cargo y dejar de proyectarlo.
Y muchos pensamos: yo soy adulto/a y no tengo estos temas de immadurez sin resolver, pero precisamente estas relaciones importantes que tanto te mueven, son las que pueden ayudarnos a entrar en contacto con todas nuestras heridas y proyecciones que hacemos y así obligarnos a observarlas.
En el fondo de nuestro ser hay un anhelo muy profundo de nuestra parte infantil de ser tomada/o en cuenta: amado/a y apoyado/a y no controlado/a, manipulado/a o ignorado/a.
Este anhelo en si no es el problema, sinó el cómo lo manejamos.
Debido a las carencias de nuestra infancia tenemos expectativas, y para satisfacer estas expectativas retrocedemos inconscientemente sin darnos cuenta al niño/a exigente, necesitado, que se apega o reacciona.
Y todo esto lo hacemos con alguien que cubre nuestros requisitos.
Nuestra parte infantil con mucha hambre de amor proyecta en la pareja el padre o madre que nunca tuvo.
Y a la pareja esto no le gusta nada esto, y se aleja.
¿Cómo podemos conseguir los cuidados que tanto necesitamos y al mismo tiempo darnos a nosotros y a nuestra pareja el respeto y libertad que tanto queremos?
Primero es necesario entender y darnos cuenta como la pareja con la que estamos vuelve a abrir nuestras heridas del pasado que estan sin sanar, provocando que se activen nuestras defensas y miedos, dolor y decepciones.
Y al hacer esto estamos tomando responsabilidad de nosotros mismos/as, de nuestras heridas y de nuestras carencias en lugar de esperar que la pareja se haga cargo de nosotros.
Empezar un proceso de terapia individual es el mejor camino a tomar para poder entender qué es aquello que me está pasando, todo este dolor que estando en pareja siento y poner hilo a la aguja y empezar a sanar mi interior para poder ser más feliz cuando esté en pareja y en mis relaciones.
