¿Te has parado a pensar y a ver qué le ocurre a tu hijo cada vez que discutes delante suyo o le faltas al respeto a tu pareja?
Los niños necesitan jugar, divertirse y disfrutar sintiéndose relajados, protegidos y acogidos en un entorno propicio para ello.
Cuando crecen en un entorno disfuncional donde esto no se da porque sus padres discuten en su presencia, no le están dejando ser niño y lo están condenando a tener relaciones tóxicas y de dependencia emocional cuando sean adultos.
Todo lo que hagan los padres en casa, sus conductas, formas de hablarse, de relacionarse etc. será copiado por sus hijos.
Los niños son esponjas y siempre llegarán a la conclusión de que sus padres están en lo cierto y crecerán imitándoles en lo bueno y en lo malo.
Y cuando sean adultos van a reproducir el patrón que han visto en casa, ya que para ellos, será lo normal a la hora de relacionarse.
Los niños no se cuestionan si aquello que han visto en casa es sano, normal o habitual.
Todo aquello que sale de papá y mamá lo tomarán como bueno y lo harán suyo, aunque sea muy tóxico e insano.
Estos niños, de adultos, tenderán a reproducir los mismos patrones relacionales que han visto en casa sin cuestionarlos.
Es muy importante que como padres nos hagamos responsables 100% de nuestras conductas, actitudes y reacciones en familia y delante de nuestros hijos, ya que es nuestra responsabilidad educarlos en amor y respeto.
Para un hijo es sumamente perjudicial que papá hable mal de mamá o viceversa, ya que haciéndolo estarás obligándolo a posicionarse y a dividir su corazón, y esto es tremendamente doloroso para un niño.
¿Cómo quieres que se relacione tu hijo cuando sea mayor?
¿Quieres que tenga relaciones equilibradas, sanas, respetuosas, comunicativas en un entorno tranquilo, acogedor, amoroso y saludable?
El futuro de tu hijo empieza por ti, aquello que siembres es aquello que recogerá en la edad adulta.
Es una gran responsabilidad traer un hijo al mundo y somos responsables como padres de darles el sostén, cariño, apoyo, respeto, educación y buen entorno para que se puedan desarrollar correctamente.
Y así, en un futuro puedan tener relaciones plenas escogidas desde la libertad y el amor y no desde el patrón aprendido en casa, disfuncional y condenado a la infelicidad.
