¿Alguna vez has dicho «Estoy bien» cuando, en realidad, sientes un nudo en el estómago? Es una respuesta automática, casi un acto reflejo, que repetimos miles de veces. Esta desconexión entre lo que decimos y lo que sentimos no es casualidad; es la prueba de que, a lo largo de los años, hemos construido una armadura para protegernos de quien somos y con ella, salir al mundo y tratar de ser aceptados.
Esta armadura es tu coraza muscular, y guarda la memoria de todas las emociones que no pudimos expresar.
Los talleres de desbloqueo corporal ( terapia corporal ) trabajan justo ahí: en la musculatura que aprisiona tus emociones. Es el punto de partida para aflojar esa tensión crónica y empezar a liberarte de la máscara que tuviste que ponerte para sobrevivir.
En estos talleres grupales, nos movemos y estamos desde nuevos lugares internos, lugares donde la consigna siempre es: haz lo que puedas, como puedas y escuchando a tu cuerpo.
Donde soltamos la exigencia para darle espacio a nuestro sentir tal y como es.
Haciendo ejercicios de bioenergética y de terapia corporal que son la puerta de entrada a nuestro interior.
Es habitual que cuando llegáis a los talleres y os pregunte “cómo estáis” me digáis el clásico “¡Bien!” que yo también digo cuando me preguntan.
Y cuando empezamos a movernos, algunas veces aparecen emociones que estaban tapadas, guardadas, que no somos conscientes de que las tuvimos que esconder, porque en el momento en que las sentimos no las podíamos expresar y las reprimimos, y con el movimiento guiado y suave, afloran, porque sienten que por fin les damos el permiso de ser sentidas.
Y con esto también hablo de la alegría, ya que muchas personas guardamos la alegría en lugares muy escondidos.
Cuando éramos pequeños y nos pasaban cosas, en nuestra infancia, nuestros padres no sabían acompañar nuestras emociones y los problemas emocionales que teníamos, y tuvimos que esconderlas.
En este proceso de esconder y adaptarnos a nuestro entorno, creamos nuestro carácter, que no es otra cosa que la defensa ante el ambiente en el que nos tocó vivir y crecer, la máscara que tuvimos que ponernos para ser aceptados en nuestra familia y entorno más cercano.
Pero esta máscara, con la que te reconoces y te han reconocido, no eres tú.
Este carácter también está en nuestro cuerpo en forma de tensión muscular, bloqueo emocional, y con el trabajo corporal lo aflojamos, para que se pueda ir expresando y procesando. ( para que te puedas ir expresando y procesando, TU)
Nos hemos separado de quien verdaderamente somos desde hace muchísimos años y con el desbloqueo corporal nos vamos acercando a esta parte vulnerable y que tuvimos que rechazar por muy buenas razones.
Es una experiencia muy bonita y de gran conexión volver a acercarte a esta parte de ti que tuviste que rechazar, y tu cuerpo te lo va a agradecer muchísimo. Ya que ahora, siendo adulto, puedes hacerte cargo de todo aquello que pasó en tu infancia, de todo aquello que se quedó sin resolver, y volver a visitar esos momentos en los que siendo pequeño te sentiste solo y no pudiste hacer nada para acompañarte, ya que no podías.
Te espero en los talleres y en la terapia individual, ( terapia humanista ) ya que nuestras heridas de la infancia y el trauma que todos acumulamos en mayor o menor medida nos pide que sanemos nuestra infancia, nos pide que empecemos a sentir el cuerpo, y nos pide a gritos volver a nosotros entrando de nuevo en contacto con nuestra vulnerabilidad. Cuando hacemos esto, nuestros vínculos cambian.
Si estás pensando en iniciar un proceso terapéutico en terapia individual o terapia de pareja, aquí me tienes si me necesitas, estaré encantada de acompañarte en tu proceso de autoconocimiento y desarrollo personal, para acercarte más a ti y mejorar tus vínculos.



